CONVIVES PARTICIPA EN LA CONFERENCIA PRESIDENCIAL SOBRE “LA CONTRIBUCIÓN DE LA EDUCACIÓN A LA PROMOCIÓN DE LOS VALORES COMUNES EUROPEOS Y LA CIUDADANÍA DEMOCRÁTICA”. Madrid, 4 de octubre de 2023

 

Fernando A. Gómez Rivas, miembro de CONVIVES y en su representación, ha participado en la CONFERENCIA PRESIDENCIAL SOBRE “LA CONTRIBUCIÓN DE LA EDUCACIÓN A LA PROMOCIÓN DE LOS VALORES COMUNES EUROPEOS Y LA CIUDADANÍA DEMOCRÁTICA”.

https://www.educacionyfp.gob.es/prensa/actualidad/2023/10/20231004-conferenciavaloreseuropeos.html


(Agradecemos la invitación ministerial a CONVIVES para participar en esta CONFERENCIA PRESIDENCIAL. El tema abordado entronca estrechamente con principios y fines de nuestra asociación. Aprovechamos la ocasión para, entre otras ideas, recordar y subrayar algunos de ellos a través del siguiente texto).

Como recoge nuestro lema, la Asociación CONVIVES lleva años trabajando por la convivencia escolar positiva, con su fundamento en el respeto y la dignidad de todas las personas, y en los derechos humanos (DDHH), mínima base ética que sustenta la convivencia y la calidad educativa. Pero más allá de la imprescindible presencia de los DDHH como contenidos en todo el proceso educativo, apoyamos la necesidad de educar para los DDHH, desarrollando actitudes positivas hacia ellos y motivando al alumnado a descubrir sus trasgresiones e incumplimientos; y educando en los DDHH, es decir, favoreciendo su práctica en cuantas interacciones se producen dentro de los centros educativos. Esta concepción y la educación integral en los DDHH demanda, bajo nuestro punto de vista, que se conviertan en principio rector de las actividades y de toda la vida escolar.

Al marco general de los DDHH se añade en España nuestra Constitución, cuyo artículo 27.2 enuncia: “La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana en el respeto a los principios democráticos de convivencia y a los derechos y libertades fundamentales”. Uno de los muchos puntos donde la Constitución parafrasea formulaciones de derechos humanos. Y lo hace ponderando expresamente la convivencia democrática, para satisfacción de CONVIVES, como bien nos decía Luis Aceval en entrevista de 2015[1]. Algo que parece oportuno traer a colación en relación con esta Conferencia, que pretende poner el énfasis en los valores comunes europeos, en especial, la ciudadanía democrática a la cual CONVIVES está adherida desde siempre.

Ahora bien, estos valores ciudadanos que hunden sus raíces en los DDHH, participan de sus mismas características y dificultades para su puesta en práctica educativa. Sobre ello escribía con agudeza Félix García Moriyón en el número de diciembre de 2015 de nuestra revista[2], donde nos planteaba que lo primero es identificar el conjunto de competencias que deben adquirir los seres humanos para afrontar los problemas de la vida cotidiana de manera coherente con los derechos humanos. También convendrá definir bien y primeramente cuáles son los valores comunes que alientan esa ciudadanía europea democrática, constituida como los DDHH por competencias cognitivas y afectivas que nos capacitan para ser agentes morales. Entre las afectivas, Félix mencionaba la tolerancia frente a situaciones no convencionales, la asertividad y el coraje para defender nuestras convicciones, la flexibilidad entendida como aceptación de situaciones conflictivas o la empatía. Y entre las cognitivas, la capacidad de universalizar nuestras pautas de comportamiento, la sensibilidad al contexto que tiene en cuenta las circunstancias específicas, la imaginación moral que permite encontrar soluciones alternativas o la sensibilidad a la dimensión moral de los problemas.

Por tanto, tras identificar las competencias vinculadas a la ciudadanía europea, habrá que buscar a continuación el objetivo de producir cambios estables en las conductas personales. Se trataría de desarrollar los procesos de interiorización e identificación con Europa y con los valores democráticos que supuestamente representa, le dan sentido y que vemos peligrar hace un tiempo. Las acciones educativas han de incidir en comportamientos que se conviertan en hábitos, hábitos virtuosos que afecten tanto al ámbito individual, como al de las relaciones interpersonales, extendiéndose a las dimensiones sociales y políticas. Hábitos que deben estar incorporados a las instituciones en que nos desenvolvemos, particularmente y en lo que aquí nos incumbe, a la escuela y a las instituciones educativas. No habrá mejor aprendizaje de la ciudadanía democrática que el adquirido desde la práctica y la imitación.

En este sentido, CONVIVES apuesta por la resolución pacífica de conflictos, por la participación real y formada de toda la comunidad educativa, por la coeducación, la sensibilización y aplicación de la igualdad de género, por la no discriminación y la inclusión, y en general, por la asunción y práctica de los valores de una ética ciudadana que son germen de la Europa surgida en los últimos decenios. Tras innumerables fracasos históricos, cargados de desastrosas consecuencias que conviene también conocer, se deben resaltar los éxitos y logros más recientes, que no hacen sino afirmar la necesidad imprescindible de mantener y renovar los principios y valores que nos han traído hasta aquí. Valores que han de ser al tiempo meta y camino de los centros educativos europeos. De ahí deriva nuestro apoyo a las actividades, tanto nacionales como de cooperación europea e internacional, que supongan la difusión y práctica de estos valores de dignidad humana y de diálogo cívico. Una labor institucional en la que perseverar -entre las muchas líneas de actuación que lleva a cabo la U.E.- sería la recogida y presentación de buenas prácticas en los distintos países europeos respecto a los valores aquí reseñados, ofreciendo guías y referencias de actuación para el resto[3].

En la misma dirección, parece oportuno que los currículos escolares de los países europeos se refuercen desde la perspectiva de los valores democráticos y de defensa de los DDHH, poniendo el foco sobre el pasado común, pero sobre todo sobre la superación en el presente y para el futuro de los conflictos internos y externos protagonizados por Europa. Esto sería extensible a los libros de texto y al resto de materiales curriculares, e incluso podría plantearse la incorporación concreta de una materia específica relativa a Europa para todos los países concernidos. En este terreno utópico, convendría que fuera al menos en un curso de la enseñanza obligatoria -a ser posible el mismo para fomentar la movilidad y los trabajos en común-, en el que cupiera centrarse en su geografía, su pasado y su presente, incluyendo el plano institucional, artístico y cultural, de modo que se visualizara su identidad y se promoviera, desde su trayectoria histórica y su realidad actual, el apego al sentido y a los valores europeos compartidos entre las nuevas generaciones.



Por este medio, o en todo caso incorporando todo ello en diversos niveles y asignaturas -y también con carácter transversal-, se procuraría combatir la desafección por el sistema y las prácticas democráticas en el conjunto de Europa. La escuela puede y debe contribuir a una cultura ciudadana que consolide la democracia en su sentido más profundo: como una conquista civilizatoria fundada en los derechos civiles, políticos y sociales, que se han de preservar, profundizar y extender, en primer término, para la Europa que se quiera unida, y luego y al ritmo que sus sociedades demanden, al resto de la comunidad internacional.

Tanto la Unión Europea como el Consejo de Europa y la UNESCO[4] han propugnado una educación cívica y ciudadana que promueva la inclusión, la equidad y el bienestar individual y colectivo. Esta ciudadanía del bienestar, la cooperación y la solidaridad es lo que también se ha denominado con el término de CUI-DADANÍA, que juega con las palabras y que en CONVIVES hemos abrazado. Estaríamos dentro de la competencia social y ciudadana del alumnado, abarcando aprendizajes también emocionales, con atención prioritaria a los rápidos cambios tecnológicos y digitales (con frecuencia agresores nocivos para la convivencia democrática por su difusión de falsedades y los malos usos y el acoso en redes); y a la crisis climática y ecológica, pues la ética del cuidado habría que extenderla de forma planetaria y transgeneracional.

El nuevo contrato social para la educación del que habla la UNESCO debería encontrar en Europa su primer y más firme puntal, con una visión común de los fines públicos educativos que, mirando hacia futuros pacíficos, justos y sostenibles, transformen la educación misma. En el momento actual, enfrentados a graves riesgos para el futuro de la humanidad y la propia vida del planeta, debemos reinventar urgentemente la educación para que nos ayude a afrontar los retos comunes. A este “reimaginar juntos la educación” promovido por la UNESCO, nos sumamos en CONVIVES. Compartimos principios ya expresados y otros como la garantía del derecho a una educación de calidad a lo largo de toda la vida, el refuerzo de la educación como bien público y común, o la activa participación ciudadana contra la discriminación y la injusticia en el mundo, enfrentada a los retrocesos de gobernanza democrática y al crecimiento de populismos identitarios. En este aspecto, cuando se aboga por una identidad europea, su sólida constitución no ha de entenderse como algo excluyente y divisorio, sino como un referente de transparencia, seguridad, generosidad y colaboración internacional.

Otros rasgos de ese renovado contrato social educativo que suscribimos serían el fomento de las capacidades intelectuales, sociales, tecnológicas y morales del alumnado, para transformar el mundo con empatía y compasión; y la apuesta por aprendizajes ecológicos, interculturales e interdisciplinares que produzcan conocimientos al tiempo que se desarrolla la capacidad crítica y aplicativa de los mismos. Dichos objetivos pedagógicos deberían reflejarse en una evaluación que promoviera el crecimiento y aprendizaje significativo.

También creemos en CONVIVES que los docentes son la pieza clave de la transformación educativa y social. Por eso refrendamos la idea de la mejora continua de su profesionalización, que ha de caracterizarse por la colaboración y el trabajo en equipo -transeuropeo adjetivamos hoy al hilo de esta Conferencia-, y que se advierte ineludible desde nuestro conocimiento y preocupación por una convivencia escolar positiva en todas sus dimensiones. Porque las escuelas constituyen entidades colectivas y así conforman sus climas relacionales propios. Han de ser lugares protegidos, promotores de los valores mencionados, sitios acogedores de diversidad y oportunidades, donde se aborden las modificaciones arquitectónicas, espaciales y organizativas precisas para facilitar los aprendizajes individuales y cooperativos. Y donde la conectividad y las tecnologías digitales han de ser percibidas como un recurso, no como un sustitutivo, y aprendidas en toda su amplitud, también moral, para integrarse en una ciudadanía digital ya absolutamente imprescindible.

Las propuestas del informe de la UNESCO al que aludimos se plantean como un punto de partida, como una invitación a pensar e imaginar la educación del futuro. Dice responder a tres preguntas básicas: qué deberíamos seguir haciendo, qué deberíamos dejar de hacer y qué debería reimaginarse de forma creativa. Enfocadas hacia lo que nos ha convocado esta Conferencia Presidencial, se abren multitud de respuestas, líneas y posibilidades educativas conjuntas desde los valores europeos compartidos, para conformar una ciudadanía democrática que ahonde en el sentimiento de pertenencia, al tiempo que en la apertura al resto del mundo. La asociación CONVIVES está y seguirá involucrada en la contestación a estas cuestiones.

Fernando A. Gómez Rivas. Asociación CONVIVES



[1] Revista CONVIVES, nº 12, DERECHOS HUMANOS Y CONVIVENCIA, diciembre, 2015.

[2] García Moriyón, Félix, Los Derechos Humanos como base ética de la convivencia, Revista CONVIVES, nº 12, diciembre, 2015.

[3] Entre otros existentes, por ejemplo, el documento: Plural-es. GUÍA DE BUENAS PRÁCTICAS DE EDUCACIÓN EN IGUALDAD EN EUROPA.

[4] Hay numerosos documentos de estos organismos al respecto. Seguimos aquí la Carta del Consejo de Europa sobre Educación para la Ciudadanía Democrática y la Educación en Derechos Humanos CM/Rec(2010) y REIMAGINAR JUNTOS NUESTROS FUTUROS — Un nuevo contrato social para la educación. UNESCO, 2021.

Documento en pdf.



 

 

Comentarios

Entradas populares