El programa dedicado al acoso escolar, del domingo 18 de septiembre, tuvo grandes aciertos: describió lo que es el acoso y el ciberacoso, mostró las consecuencias para la víctima, instó a éstas a no callarse y a hablar… y lo hizo sin tremendismos, con gran realismo. Sin embargo, me quedó un cierto regusto amargo por la falta de alternativas: si yo fuera padre con hijos en los colegios e institutos, pensaría “¿dónde he llevado a mis hijos?, ¿qué puedo hacer?”. Por eso me animo a escribir esta carta abierta. Quiero destacar que, para la mayoría de los alumnos/as, el centro escolar es el lugar más seguro de su entorno, en el que desarrollan amistades auténticas y duraderas. Así lo señalan múltiples estudios. Lo que no quita que, sin embargo, haya chicos y chicas que no encuentran este ambiente cálido, sufren violencia y lo pasan muy mal. La mayoría de los estudios apunta a un 4% de acoso, aunque sólo citaste el estudio de Save the Children (9,5%). Es igual, con un solo caso
Asociación de personas comprometidas con la convivencia positiva, la coeducación y los DDHH.