Nélida Zaitegi. Febrero
2021
La
convivencia positiva se fundamenta en “la paz positiva como la capacidad de
transformar conflictos con empatía, sin violencia, y creativamente en un
proceso sin fin”. Johan Galtung
La situación tan
especial que estamos viviendo, que afecta a todos los ámbitos de nuestra vida,
estamos comprobando nuestra vulnerabilidad, lo poco que sabemos y la
incertidumbre en que nos movemos, con la sensación de no entender ni controlar
nada.
Durante esta
pandemia, nos estamos cuestionando, esta vez más en serio, cuáles son los aprendizajes realmente fundamentales, la
renta cultural básica, como dice Bolívar, que todo el alumnado debe conseguir
al terminar su escolarización obligatoria. Nos estamos haciendo muchas
preguntas y, según se dice, las
preguntas son el principio del conocimiento.
Paulo Freire decía
que es necesario convertir las dificultades en posibilidades. También se dice que las crisis están llenas
de oportunidades, por eso, me
pregunto ¿Qué podemos aprender de todo
esto?, ¿Cómo descubrir las oportunidades?
Entre otras muchas, estamos
aprendiendo que las personas y su
bienestar son fundamentales y debe ser el objetivo fundamental de la educación.
Ahora, más que nunca, hablamos de atención al estado emocional, de cuidado
mutuo, de autonomía, de resiliencia,…. Es decir, de las competencias personales y sociales, que aun estando en el currículo
desde hace mucho, no estaban entre las preocupaciones fundamentales del día a día.
Se ha dicho y se
sigue insistiendo en el importante papel de la escuela presencial porque la
escuela cumple un papel fundamental en
la socialización del alumnado, en la importancia de las interacciones sociales.
En decir, para el aprendizaje de la convivencia positiva.
Las escuelas son
espacios de aprendizajes para la vida y la convivencia atraviesa todos los
demás. El bienestar personal y social es fundamental para el desarrollo de la
autonomía personal, para la participación social y el éxito en el resto de
aprendizajes escolares.
Los centros
educativos y la diversidad que se da en ellos, son los escenarios idóneos para
aprender a convivir y hacerlo en un entorno seguro donde se puedan aprender a gestionar
los conflictos, vivir los valores como el respeto, la solidaridad, la justicia
y la compasión y desarrollar las competencias personales y sociales.
Siguiendo con las
preguntas: ¿qué competencias deben
desarrollar, los niños, niñas y jóvenes para el logro de la convivencia positiva?
Sabemos que las
competencias clave son aquellas que todas las personas precisan para su realización
y desarrollo personal, integración social, estilo de vida sostenible, éxito en
la vida en sociedades pacíficas, modo de vida saludable, ciudadanía activa y
empleabilidad. Se desarrollan en un aprendizaje permanente, desde la primera
infancia hasta la vida adulta, y mediante el aprendizaje formal, el no formal y
el informal en todos los contextos, incluidos la familia, el centro educativo,
el lugar de trabajo, el entorno y otras comunidades.
Entre las
competencias clave se integran capacidades como el pensamiento crítico, la
resolución de problemas, el trabajo en equipo, las capacidades de comunicación
y negociación, las capacidades analíticas, la creatividad y las capacidades
interculturales, todas ellas fundamentales para la convivencia positiva. Entre
ellas, dos son fundamentales: competencia personal, social y de aprender a
aprender y competencia ciudadana. A ellas, se ha de añadir el desarrollo moral
y los valores.
Ahora más que nunca, necesitamos tomar
conciencia, parar y mirar con calma más allá de lo que se ve a primera vista,
profundizar y analizar para encontrar las claves que nos hagan avanzar hacia
una educación auténtica, la que prepara
para una vida digna de ser vivida y para construir una sociedad más justa,
solidaria, humana y humanizante.
Tratando de generar
debate, crear y compartir conocimiento, se están produciendo múltiples
iniciativas, tanto públicas, desde el Observatorio Estatal de la Convivencia,
como de diversas entidades, en forma
de videoconferencias, encuentro y
diálogos online, para reflexionar sobre el presente y el futuro de la educación.
La oferta de
formación, es decir, información y miradas diferentes que posibiliten la
creación de nuevos paradigmas personales y colectivos, es más abundante que
nunca y, además, gratuita y al alcance de todo el mundo.
Pienso que cuando
algo está muy bien dicho, no hay que volver a decirlo, a no ser que se pueda
añadir algo para mejorarlo. Como este no es el caso, voy a recomendar
alguno para facilitar la tarea a quien quiera pensar sobre ello y seguir
aprendiendo.
Para empezar, en
estos enlaces, se pueden encontrar ideas, propuestas y sugerencias para iniciar
el debate y para el diálogo.
http://www.educacionyfp.gob.es/dam/jcr:b5f47ca3-b2a8-472b-bd69-5912bd7ccb7a/programa-webinar-def3.pdf
1.
Primera sesión del
webinar de convivencia escolar “La educación nos hace ser”
2.
Segunda sesión del
webinar de convivencia escolar “La educación nos hace ser”
3.
Tercera sesión del
webinar de convivencia escolar “La educación nos hace ser”
4.
Conclusiones
Estaría muy bien que quien quiera pueda compartir sus
reflexiones, dudas y aportaciones que nos ayuden a profundizar y enriquecernos
mutuamente.