Reflexiones de un profesorado comprometido ante el nuevo escenario educativo (V)

 

Mejorar la formación docente para un mejor desempeño profesional

Mejorar la calidad de la formación y el ejercicio profesional repercute en la mejora de la calidad de las escuelas, el profesorado o el personal docente y es esencial en el proceso de aprendizaje de su alumnado”. OCDE 2018.

 Si una buena educación es la mayor riqueza y el principal recurso de un país y de sus ciudadanos y ciudadanas, su calidad depende en gran medida de la calidad de su profesorado”. Preámbulo LOMLOE

Enseñar competencias trasversales, trabajo en equipo, resolución de problemas complejos, capacidad de resiliencia, pensamiento crítico, creatividad, innovación, adaptabilidad, requerirá de nuevos modelos de formación docente y de desarrollo profesional”. Competencias para construir un mundo mejor. OCDE 2019

               El mundo global en el que vivimos y la imperiosa necesidad de repensar la educación incluyen la necesidad de replantearnos una formación inicial y continúa adaptada a los requerimientos necesarios para construir un mundo mejor. En esta dirección señalan hoy las reflexiones de este grupo de profesorado comprometido con la educación.


 

 

Reflexiones de un profesorado comprometido V

 

Una Carrera docente para el mejor desempeño. 

 

Tenemos una “carrera docente” con pocos incentivos profesionales y económicos durante su ejercicio. Prácticamente las percepciones económicas se basan en el cumplimiento de trienios y de sexenios, existiendo poco estímulo e incentivación para el ejercicio de buenas prácticas docentes. Desde la entrada en la profesión docente profesores y profesoras encontramos escasas posibilidades de progresar, desde el centro, en el desarrollo de nuestra carrera profesional, prácticamente limitadas a la integración en los equipos directivos de los centros.

 

El reconocimiento de buenas prácticas docentes que le permita progresar sin salirse de ella sería motivador para mantener e impulsar un profesorado de excelencia tan necesario. Así estas buenas prácticas tendrían mayor eco y recompensa, se extenderían, y se evitaría las frustraciones que, en muchas ocasiones, se viven en los centros situaciones de “soledad” y “poco aprecio” por sus proyectos innovadores. Debemos encontrar fórmulas que lo hagan posible.

 La nueva Ley Educativa, en su desarrollo, tiene una oportunidad y una deuda pendiente con centros y profesorado innovador abordando algunos aspectos cruciales para nuestro desarrollo profesional que nos atrevemos a señalar:

  · El acceso a la función docente debe plantearse desde una perspectiva radicalmente diferente a la actual, con un profundo cambio en el sistema de acceso/oposiciones, enfocado a valorar el ejercicio de la práctica docente y no a un temario memorizado y repetitivo similar a los temas de la carrera universitaria. 

 · Abogamos por un MIR docente donde las prácticas se realicen antes del periodo de las oposiciones y no al contrario, porque sabemos que durante los primeros años se determina el modelo de profesorado que seremos. Además, esta sería la mejor manera de que el sistema contara en el futuro con los y las mejores docentes, y no solo con los mejores en sus carreras universitarias (conocimientos que, por otra parte, ya han demostrado al obtener sus títulos). 

 · Prácticas tutor izadas por profesorado y centros innovadores con acreditadas evidencias de sus logros educativos.

 · Una docencia universitaria ajustadas a estos nuevos escenarios y por tanto requerimientos.

 · Consideramos que la docencia, como la medicina, requiere una sensibilidad especial, de una entrega, de una dedicación hacia las personas más vulnerables, de un convencimiento del valor de transformación que tiene la educación y para eso, es imprescindible que el acceso seleccione a las mejores personas que formarán a la mejor ciudadanía.

 · Nuestra formación como profesionales de la educación debe ser permanente y revisable, evaluada en su eficacia y obligatoria. Para ello deben plantearse itinerarios formativos teniendo el centro y sus necesidades como el núcleo central del proceso, a partir de enfoques innovadores en los que prime la observación entre iguales, la colaboración, la co-docencia y el trabajo en equipo.  

 · Esta formación debe formar parte del Proyecto Educativo del Centro, de sus fines y objetivos, obligatoria para todo el claustro, e impulsar desde el mismo metodologías activas del aprendizaje. Que contemple espacios y tiempos para una coordinación real, para trabajar en equipo, para compartir espacios de reflexión de nuestras prácticas, de nuestras experiencias, momentos observación entre iguales o espacios de evaluación formativa.   

 


Y todo esto nos gustaría verlo reflejado en normativa que lo haga posible.

 


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