LADRONES DE LA PALABRA DE LAS MUJERES

 

Al hilo del último artículo publicado en este blog, donde hablábamos de "El poder de la Palabra", precisamente hemos podido ver que, en estos últimos días, quienes se oponen al uso del lenguaje inclusivo arremeten, sin hacer casi ruido, contra la igualdad. 

Quienes roban la palabra, siguen actuando.

Dos desafortunados ejemplos de esta pasada semana, nos hacen pensar en el por qué de esta oposición visceral a un uso más exacto y más justo del lenguaje:

Parece que hay mucho interés en impedir la inclusión equitativa de las mujeres en la cultura. Claros intereses en que no sea nombrada ni reconocida.

Dos malos ejemplos: uno es el anuncio de Francia que prohíbe el uso del lenguaje inclusivo en sus ministerios https://elpais.com/elpais/2017/11/22/opinion/1511370162_878253.html?rel=mas  

¿Cómo es posible semejante involución?

Otro mal ejemplo es en Andalucía,  donde también se anuncia que cambiarán los criterios sobre el lenguaje inclusivo de las instrucciones para la elaboración de libros de texto no sexistas en la normativa actual   https://sevilla.abc.es/andalucia/sevi-andalucia-cambiara-criterio-seleccion-libros-texto-tras-polemica-judios-y-judias-202104191928_noticia.html

La burda excusa es la publicación de un texto de historia, de una conocida editorial, con un torpe y farragoso  uso del lenguaje escrito por alguien inexperto, que no supo redactar el tema sin reiteraciones innecesarias para escribir de forma inclusiva.

No puede,  sin embargo, servir de justificación ese uso, poco habilidoso, del lenguaje para que el Consejero andaluz, en vez de exigir un mejor y más culto uso de las palabras inclusivas en un libro de texto, anuncie cambios en la normativa sobre los criterios para la elaboración de  libros y materiales no sexistas que Andalucía tiene desde 2018 en cumplimiento de su II Plan de Igualdad en Educación.

Podemos preguntarnos ¿por qué ese énfasis en prohibir un lenguaje no sexista? ¿Es por el poder que contiene el lenguaje para nombrar y para ocultar, para romper estereotipos y jerarquizaciones en función del sexo?.

El lenguaje no es neutro, y por tanto puede ser  vehículo para una convivencia pacífica o vehículo de una convivencia desigual. Por eso el patriarcado y sus defensores intentan siempre prohibirlo.

Los tres principios del sexismo nos sirven para valorar con perspectiva de género, como herramienta de análisis que es:

  • Desigual acceso a los recursos

  • Diferenciados roles de acuerdo al género

  • Jerarquización y relaciones de dominio/sumisión.

La convivencia positiva  reconoce a cada ser humano en equidad y reconoce, cómo no, el valor de su palabra.


Carolina Alonso Hernández

Asociación Convives

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