Convives y la crisis del coronavirus (2). Evaluación antes, durante y después del COVID-19
Las decisiones en la evaluación son competencia del profesorado. Esto exige una toma de decisiones muy importante y conlleva una gran responsabilidad.
Hacerlo en este momento tan excepcional, nos pone frente al espejo y nos obliga a mirarnos sin tapujos. Ahora es cuando nuestras creencias sobre el sentido de la educación, del aprendizaje, del currículum, de nuestro rol como docentes,… salen a la luz. No solo eso, sino también valores como la justicia y la equidad. Esta es una gran oportunidad para revisarlas y ajustarlas lo que sea necesario para incrementar la coherencia entre lo que decimos y hacemos. Los hechos dicen mucho más de las personas que sus discursos. “Hechos son amores y no buenas razones” dice un antiguo refrán castellano.
Por eso, conviene revisar el para qué y el cómo evaluamos. Si la evaluación es continua, basada en la observación y otros datos fiables sobre su aprendizaje, si es formativa (ayuda a conocerse al alumnado y da pautas y apoyos para mejorar), si evaluamos o calificamos, si ponemos el acento en el desarrollo de competencias o sólo en conocimientos, si evaluamos no sólo lo que enseñamos, sino lo que han aprendido en otras competencias (personales y sociales) que también son parte del currículo.
">Si entendemos que el alumnado es él o ella y su circunstancia, y que (atención a la segunda parte de esta expresión que no se conoce tanto como la primera y que le da el verdadero sentido), si no se salva ella, no se salva él o ella. Sabemos que las circunstancias de cada quien son determinantes y por eso se han de salvar, de tener en cuenta para que no arrastren a quienes viven en ellas.
¿Quién mejor que el tutor/a conoce las de su alumnado, caso a caso? Si la responsabilidad de un docente es sacar lo mejor del alumnado, ¿cómo no va a tener en cuenta sus circunstancias, sus necesidades para ayudarle a salir adelante a pesar de ellas? Aquí aparece la equidad. Si la justicia es dar a todos lo mismo, la equidad es dar a cada quien lo que necesita.
Este es el tema que es imprescindible abordar en el centro, en el equipo docente, que es quien tiene la responsabilidad, no solo de la evaluación, sino de poner los medios necesarios para que cada niño, niña o adolescente supere las circunstancias adversas cuando las tenga. No sea que cuando acusamos al sistema de falta de equidad, no nos demos cuenta de que eso lo promueve o no cada quien en sus actuaciones cotidianas.
No estamos para poner zancadillas, sino para poner alas, no somos frenos para nuestro alumnado, sino palancas. Aprovechemos esta oportunidad para ajustar la brújula para que nuestro alumnado tenga todas las oportunidades, incluso y sobre todo, aquellas que la vida le ha negado.
CONVIVES, Asociación para la convivencia positiva en los centros educativos 29/4/2020