Cómo dar clase a los que no quieren

Libro recomendado en la revista Convives nº 0 Un punto de Encuentro. 

Cómo dar clase a los que no quieren. oan Vaello Orts (2011), Graó, Barcelona.
La editorial Graó ha editado este libro de Joan Vaello, anteriormente publicado en la Editorial Santillana. La decisión no puede ser más oportuna. Quienes hemos tenido la suerte de escucharle en alguna de sus charlas o cursos hemos podido comprobar no sólo la claridad de sus propuestas, sino también su contacto con la realidad cotidiana de los centros. No se trata de reflexiones teóricas sobre los problemas de dis- ciplina en las aulas, todo lo contrario. Se trata de un conjunto de propuestas, sólidamente funda- mentadas, fruto de una reflexión sobre los problemas más frecuentes que pueden encontrarse los profesores y profesoras a la hora de dar clase. 

La llegada de todos los alumnos y alumnas a los centros educativos de Secundaria y su permanencia hasta los dieciséis años han traído consigo la aparición de nuevos problemas a la hora de impartir la enseñanza. Ya no se trata de que en las clases sólo estén aquellos alumnos/as preparados para recibir a todos los alumnos/as, sabiendo cómo pueden y deben atenderlos de manera eficaz. Pero ninguna de estas presunciones son ciertas y lo normal es encontrarse a alumnos/as que rechazan la enseñanza que se les ofrece y, a la vez, a profesores/as desconcertados, con grandes dificultades para cum- plir con su trabajo ya que, a lo largo de su proceso de formación para la docencia, nadie se ocupó de ofrecerle la formación necesaria para ello. 

El presente libro trata de cubrir dicho vacío formativo proporcionando ideas, estrategias y procedimientos para que el profesorado pueda conseguir sus objetivos educativos. En demasiadas ocasiones se ha insistido en la for- mación del profesorado para la transmisión de los conocimientos propios de su asignatura, ol- vidando otros aspectos claves y, de manera especial, dejando de lado las competencias so- cioemocionales que el profesorado necesita para que aprobaron la EGB y que quieren continuar sus estudios de bachillerato. Ahora están en clase todos los alumnos y alumnas, que acuden con muy diferentes actitudes, intereses y motivaciones y, en demasiadas ocasiones, acuden obliga- dos y forzados legalmente, esperando que llegue cuanto antes la edad legal para poder abandonar los estudios. 

Como señala el autor, es fácil cometer ante esta situación dos errores: pensar que el alumno está dispuesto a recibir las enseñanzas que quieran impartirle su profesores/as y, a la vez, que los propios profesores/as están también su trabajo docente. Sin embargo, como bien señala Vaello, “el secreto de enseñar no es tanto transmitir conocimientos como contagiar ganas, especialmente a los que no las tienen”. 

Coincide en este pensamiento con la tesis expresada por Daniel Pennac en su libro “Mal de escuela”: “la idea de que es posible enseñar sin dificultades se debe a una representación etérea del alumno. La prudencia pedagógica debería representarnos al zoquete como al alum- no más normal: el que justifica plenamente la función del profesor puesto que debemos en- señárselo todo, comenzando por la necesidad misma de aprender”. Ahora bien, ¿cómo transmitir estas ganas, cómo enseñarle al alumno la necesidad de aprender? 

Tras analizar someramente las características de los alumnos/as que no quieren estudiar y los factores influyentes en esta actitud, Joan Vaello plantea la creación de una actitud favora- ble en el alumno/a como la primera tarea a llevar a cabo. Ello exige pasar de ser un “ profesor 1-2- 3”, que explica su materia empezando por la lección 1 y siguiendo después por la 2 y la 3 tal y como marca el libro de texto, a ser un “profesor YEMA”, Yo Educo a través de una Materia a Alumnos, teniendo siempre en cuenta un plan- teamiento de educación integral y considerando que la misión fundamental del profesor es la de crear disposiciones favorables en sus alum- nos/as, más que llenarles la cabeza de conocimientos que les dicen bien poco. 

La gestión de la clase, la forma en que organiza la misma y se desarrolla un clima posi- tivo dentro de ella, pasa a ser un elemento clave para contagiar ganas y motivar a aquellos alum- nos/as que no quieren estudiar. Son muchas las estrategias que llevan a una mejor gestión del aula y las propuestas de Vaello pueden agrupar- se en torno a tres grandes apartados: el refuerzo del control de la clase, el fomento de las relacio- nes humanas y, por último, la mejora del rendi- miento. 

Difícilmente puede iniciarse cualquier tipo de trabajo en el aula si ésta sigue siendo un caos. De ahí que la primera tarea a llevar a cabo consista en crear un clima de clase ordenado, generador de bienestar y concordia, un orden previo sobre el que se asiente con comodidad el aprendizaje. De aquí que las primeras tareas vayan encaminadas a establecer un control sobre lo que sucede en la clase, un control que no tiene por qué ser sofocante y exhaustivo, sino un control mínimo pero que sea suficiente para garantizar el aprendizaje. El control es un requisito previo para el aprendizaje y sirve para que los alumnos/as, a través de la presión externa ejer- cida mediante control, activen la presión interna ejercida por la motivación. 

La puesta en práctica del control exige, en primer lugar, fijar los límites de lo que se puede hacer y de aquellas conductas que no se pueden aceptar. Una vez establecido, es preciso mantenerlo y para ello son útiles, usándolas de manera escalonada, las advertencias, los com- promisos, las sanciones y las derivaciones. Y para el uso de todos estos recursos propone Vae- llo técnicas adecuadas, señalando qué cosas hay que reforzar y qué errores se deben evitar, como, por ejemplo, no discriminar las distintas conductas de los alumnos/as, otorgándoles a todas el mismo valor e importancia. Son técnicas concre- tas, realistas, de gran utilidad para establecer el fundamento que va a permitir el trabajo posterior 

El segundo gran apartado hace referencia al fomento de las relaciones humanas y abarca competencias socioemocionales como la asertividad, la empatía, la autoestima y un buen des- empeño de los roles. Como en el apartado anterior, Vaello se centra en explicar en qué consisten cada una de estas competencias socioemocionales, justificando su razón de ser y proponiendo técnicas concretas para su desarrollo y potenciación.

Así, por ejemplo, la asertividad hace del respeto el pilar de las relaciones en el aula, enseñando a los alumnos/as cómo se deben respetar los derechos de los demás a la vez que se exigen los derechos propios, educando también a los alumnos y alumnas en el mantenimiento de relaciones de reciprocidad que eviten estilos agresivos o estilos pasivos de relación. De esta forma se evitan los abusos de los alumnos/as sobre sus profesores/as, de éstos sobre sus alumnos/as y de éstos entre sí. Para su desarrollo propone, entre otras, técnicas como el empleo de “cuñas socioemocionales” cuando aparezcan casos de abusos o de falta de respeto, la priorización de los derechos colectivos (el nosotros) sobre las actitudes egoístas y abusivas (el yo), o la impartición de talleres o programas de habilidades sociales en las tutorías o en determinadas materias. 

En tercer lugar, señala Vaello como tercer elemento la mejora del rendimiento como tarea clave para el cambio de actitud de los alumnos, poniendo especial énfasis en dos elementos, la motivación y la atención, como cla- ves para esta mejora del rendimiento. Centrándonos en la motivación, se trata de conseguir que los alumnos/as “quieran”, de interesarles en la materia, de buscar estrategias metodológicas que mejoren los niveles de motivación de la clase y de entrenarles su capacidad de automotivación. Es importante trabajar la motivación, ya que cada alumno/a motivado es un alumno/a menos que es necesario controlar y, sobre todo, porque sólo hay aprendizaje si el alumno así lo decide, es decir, si lo quiere. 

Para el trabajo de la motivación propone el autor varias estrategias como la de planificar el trabajo de la motivación con el mismo grado de sistematicidad y de interés que los contenidos curriculares, o la de cambiar actitudes negativas y resistentes en actitudes favorables. También analiza cómo abrir expectativas positivas entre los alumnos/as, auspiciar la motivación de logro y de éxito, captar y mantener eficazmente la atención o desarrollar en los alumnos/as la capacidad de automotivación. 

Termina el libro con un último capítulo dedicado al trabajo de los equipos docentes, subrayando la importancia del equipo como unidad de actuación, el papel de la comunicación entre los profesores y profesoras de un mismo equipo docente y la necesidad de unificar criterios de actuación por parte de todos los docentes que actúan sobre un mismo grupo de alumnos/as. Trabajo imprescindible para el éxito educativo, muy alejado de la realidad hoy día de nuestros centros. 

Vistos los temas que aborda el libro, se entiende perfectamente su interés y actualidad. No se trata de un libro de recetas, que propone actua- ciones o medidas simples para que se apliquen sin más en las aulas. Por el contrario, se trata de un libro basado en la reflexión, que invita a su vez a la reflexión y que, lejos de quedarse en las alturas de la pura teoría, desciende a la tierra y a los problemas concretos del día a día, propo- niendo soluciones y alternativas muy útiles para el profesorado. 

Libro clave para la mejora de la gestión del aula, debería ser de lectura obligada para todos los profesores y profesoras de la etapa de secundaria que, sin duda, encontrarán respuesta a muchas de las dificultades, preguntas y dudas acerca de la mejora de su trabajo y, sobre todo, de respuestas a la pregunta clave, cómo dar clase a aquellos alumnos y alumnas que no quieren recibirla. 

Comentado por Pedro María Uruñuela Nájera

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